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domingo, 1 de diciembre de 2013

Manos de Seda

¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen. 
Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
Mi amante besóme las manos, y en ellas,
¡oh gracia! brotaron rosas como estrellas.

Y voy por la senda voceando el encanto
y de dicha alterno sonrisa con llanto
y bajo el milagro de mi encantamiento
se aroman de rosas las alas del viento.
                              Juana de Ibarbourou
Y para tener las manos como pétalos de rosas, suaves como el terciopelo o la seda he hecho esta crema. Una combinación de aceites para nutrir e hidratar la piel de las manos, bastante castigadas con el trabajo diario.


Oleato de oliva y caléndula: el aceite de oliva, una joya de aceite que por cercano, a veces no valoramos, nutre en profundidad y junto la caléndula protege, calma, cicatriza y regenera  los tejidos. Además en el oleato la utilizo en la fase acuosa en infusión junto a la manzanilla.
Aceite de almendras dulces: rica en  vitaminas A y E, sales minerales, ácidos grasos oleicos y linoleico, se absorbe facilmente dejando la piel suave y tersa. Además es antiinflamatoria y calma las irritaciones, además de estimular la producción de colágeno y elastina, retrasando el envejecimiento de la piel de las manos y la aparición de manchas.
Oleato de ricino y cola de caballo: el aceite de ricino ayuda a la prevención de la aparición de manchas, elimina las impurezas de la piel y es excelente para fortalecer las uñas lo que se potencia con la combinación con cola de caballo, que aporta minerales y también es cicactrizante.


A todo esto le añado urea y proteína de seda, que ayudan a mantener la hidratación por su capacidad de mantener la humedad en la piel.


El aceite esencial de bergamota y el aroma de té verde le dan el toque final, dejando las manos suaves y cuidadas y un ligero aroma muy fresco.
Tiene una textura ligera, de leche, se extiende y se absorbe muy bien, no deja la piel ni pegajosa ni con restos. 


jueves, 25 de abril de 2013

Emulsión hidratante para las manos

Las manos dicen mucho de nosotros, son una tarjeta de presentación y son como un libro abierto a lo largo de nuestra vida.


Estas son unas manos trabajadas y trabajadoras, de una vida dura, sencilla, expuestas al sol y el agua casi siempre fría. Unas manos que trabajaron la tierra y jamás conocieron un guante y poca crema, pero ahí están descansando en un regazo que ya vivió lo suyo y en el que tuvimos consuelo más de una generación.
Este es un pequeño homenaje a unas manos que conocí muy bien, que me dieron más de una caricia, son las manos de mi abuela. Arrugadas y con las huellas de una larga vida…. Pero no os podéis imaginar como era la piel del resto del cuerpo que nunca le dio el sol ni la intemperie, murió con 96 años y su piel parecía la de un recién nacido, algo reseca, porque era de las que no perdían el tiempo en “unturas” como decía ella. No había manera de que se diese una crema. Y ahora va la nieta y le sale “potinguera”….

Siempre he tenido el problema de las manos secas y como cardos. Las puntas de los dedos se me ponen como papel de lija. Y las uñas no había manera de tenerlas un poco largas e igualadas, siempre estaba la oportuna que se rompía, así que hace 3 años decidí ponerme las de porcelana que he llevado hasta hace poco que me cansé. Daba gusto ver esas uñas. Ahora que me las quite decidí ponerle remedio a estas uñas quebradizas y a mis manos, más bien los dedos, de lija...
La verdad es que pensé que al quitar la porcelana las uñas estarían peor, pero no, un poco quebradizas pero no más de lo que las tenía antes. Sabía que el aceite de ricino es un remedio desde siempre para las uñas y las pestañas, y en el santo foro de mendrulandia, no recuerdo quien utilizaba el aceite de ricino con cola de caballo, así que manos a la obra, un oleato concentrado y aquí está la emulsión.


Es un linimento oleocalcáreo, que aunque en un principio parece muy aceitoso, me encanta como deja las manos, no hace falta utilizar mucha cantidad, es mejor extender y masajear, también las uñas, y si es necesario repetir, a no echar mucho y que no absorba todo, siempre se puede retirar el exceso con papel.
Esto no es milagroso y como en casi todo tratamiento natural la constancia y paciencia es primordial, pero ya noto las uñas menos quebradizas y ya no se me rompen tanto.
Y en cuanto a piel de las manos, da gusto como las deja, parece terciopelo. En cuanto las mojo, y si estás cocinando es muy a menudo,  se me resecan una barbaridad, se levantan pieles, se agrietan los dedos... y para eso va fantástico, además tiene un aroma estupendo.

El linimento oleocaláreo, también llamado "aceite de nieve" tiene sus orígenes en la Edad Media. Desde siempre se ha utilizado como remedio en las quemaduras. Es una mezcla a partes iguales de agua de cal y aceite, tradicionalmente aceite de oliva.
Los linimentos oleocalcáreos tienen múltiples usos, desde la simple hidratación de la piel, tratamiento de las quemaduras por excelencia, la limpieza y tratamiento de las irritaciones del culete de los bebés, leche limpiadora, para los encamados y escaras, eccemas, irritaciones... tengo uno que incluso me evitó un herpe labial (todavía no me lo creo). Todo depende de la combinación de aceites.
El agua de cal reacciona con el aceite y se obtiene una emulsión grasa muy suave, ideal para pieles sensibles y que deja una película protectora sobre la piel.


Ingredientes: Aceites de oliva, almendras, sésamo, oleato de cola de caballo en ricino, agua de cal, cera de abejas, aa.ee. lavanda y fragancia de muguet.