martes, 18 de octubre de 2016

Mascarilla Capilar de Coco

Hacía mucho, pero que mucho que no subía ninguna entrada. En el verano (ya casi olvidado) estuve muy vaga y la vuelta a la rutina se me hizo cuesta arriba... además el tiempo acompañó y la vida de calle y parque se alargó, así que mis proyectos potingueros se quedaron postergados. 

Comienzo con una mascarilla capilar que hice para la hija de una amiga que tiene problemas con el pelo. Lo tiene graso en la raíz y muy seco en las puntas. Tiene una preciosa melena larga con un precioso rizo natural. Le hice un champú sólido para el cabello graso al que dedicaré otra entrada y le aconseje paciencia y que le diera tiempo (en esto las prisas no son buenas). Para nutrir ese cabello rizado en las puntas y que no le engrasara el pelo, formulé esta mascarilla que además decidí usar yo y con la que estoy encantada porque me deja el pelo muy bien sin apelmazarlo ni esa sensación lamida que me dejaban las mascarillas convencionales, mi pelo también tiende a ser graso.
Es una mascarilla sencilla, sin muchos ingredientes que cumplen su función acondicionadora muy bien, sin engrasar el pelo y que se aclara fácilmente.
Su base es el aceite de coco, un aceite con propiedades emolientes y protectoras que al cabello le aporta nutrición, vigor y brillo. 
Infusión de amla y shikakai, dos plantas por excelencia para el cabello, que fortalecen, desenredan y aportan brillo.
Las proteínas de seda tienen una alta capacidad hidratante y suavizante.
Y el acondicionador BTMS, una cera de origen vegetal, deja el pelo suave y sedoso y gracias a su afinidad con la queratina del cabello reduce el efecto estático a la hora del cepillado y el pelo se rompe menos.
Y así he conseguido una mascarilla natural que no engrasa, libre de siliconas que apelmazan y van sofocando el cabello con el tiempo.
Yo no lo utilizo en todos los lavados porque mi cabello no lo necesita, pero de vez en cuando es una buena forma de nutrirlo.